Jeremy Laurence (The Independent)
Científicos británicos y australianos han logrado un importante avance en el entendimiento de las causas genéticas del cáncer de próstata, lo cual abre un nuevo frente en la batalla contra la enfermedad maligna más común en los varones.
Se han identificado siete nuevas mutaciones genéticas, presentes en más de la mitad de los casos nuevos de cáncer de próstata, que cada año se diagnostica a 35 mil varones.
El descubrimiento contribuye a explicar por qué la enfermedad se presenta en familias. Cada mutación individual incrementa el riesgo hasta en 60 por ciento y, cuando las siete están juntas, el riesgo se triplica.
El cáncer de próstata es uno de los que se propagan con mayor rapidez, pero la prueba sanguínea existente no es del todo confiable. El hallazgo significa que se podría desarrollar una nueva prueba genética para identificar a varones de alto riesgo, a quienes se podría someter a tratamiento temprano.
Dos de las siete mutaciones identificadas podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos y una prueba sanguínea más precisa.
Ros Eeles, del Instituto de Investigación del Cáncer, en Londres, quien dirigió el estudio, indicó que el resultado era la culminación de un trabajo de 13 años en el que participaron 10 mil pacientes y se analizaron 3 mil millones de variaciones genéticas.
La medicina genética, en camino
“Estamos muy emocionados. Es un gran paso adelante. Tener siete aciertos en un estudio del genoma es muy poco común. Estos resultados nos ayudarán a calcular con más exactitud el riesgo de desarrollar cáncer de próstata y podría llevarnos a desarrollar mejor identificación y tratamiento de pacientes”, expresó.
El estudio, financiado por la organización filantrópica Cancer Research UK, significó la colaboración de científicos de Reino Unido y Australia, y fue publicado en Nature Genetics.
Este avance marca el triunfo más reciente de la nueva ciencia de perfiles genéticos, que está transformando la comprensión de la base genética de las enfermedades. En mayo pasado, científicos anunciaron el descubrimiento de cuatro nuevos genes que incrementan el riesgo de cáncer de mama en la mujer. Avances similares se han realizado en el cáncer de intestino y de pulmón.
“Estos hallazgos muestran que la medicina genética está en camino –afirmó el doctor Eeles–. Este año comenzaremos investigaciones para desarrollar una prueba genética del cáncer de próstata, que podría estar disponible dentro de tres o cuatro años. Pero primero necesitamos preguntar quién la suministrará y cómo debe hacerse. Sería irresponsable que se creara una compañía de pruebas genéticas y las vendiera por Internet.”
El uso de esa prueba plantearía dificultades éticas y prácticas. Cualquier hombre a quien se identificara como de alto riesgo de desarrollar cáncer se enfrentaría a una vida entera de exámenes para verificar si se presenta la enfermedad, así como a tratamientos de dudosa efectividad y con riesgo de efectos colaterales. Sería necesario evaluar con cuidado las implicaciones de someterse a la prueba antes de ponerla a disposición del público, acotó Eeles.
Uno de los genes identificados, LMTK2, codifica una proteína señaladora llamada kinasa, la cual se altera en algunos otros tipos de cáncer y en la enfermedad de Alzheimer, lo cual ofrece la posibilidad de un solo tratamiento para ambos.
Ya se desarrollan fármacos contra esos tipos de kinasa, informó Eeles. “Podríamos terminar produciendo un fármaco que se dirija al Alzheimer y al cáncer de próstata a la vez, porque la kinasa tiene que ver con las señales del cerebro”, explicó.
Otro gen, MSMB, identificó códigos de una proteína cuyo nivel en la sangre disminuye cuando se desarrolla cáncer de próstata, lo cual ha generado esperanzas de desarrollar una prueba sanguínea más precisa.
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